El zoo de cristal by Tennessee Williams

El zoo de cristal by Tennessee Williams

autor:Tennessee Williams [Williams, Tennessee]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Teatro, Drama
editor: ePubLibre
publicado: 1945-01-01T04:00:00+00:00


Séptima escena

Media hora después. En el comedor están a punto de terminar la cena. Laura sigue acurrucada en el sofá, con las piernas encogidas y la cabeza apoyada en un cojín azul pálido. Tiene los ojos muy abiertos y misteriosamente vigilantes. La nueva lámpara de pie con su pantalla de seda rosada emite una luz suave y acogedora, dejando ver una belleza frágil y sobrenatural que normalmente nadie capta. Desde el exterior llega el rumor constante de la lluvia, pero disminuye y pronto se detiene. Fuera, el aire es pálido y luminoso y la luna rompe a través de las nubes. Un momento después de que se alce el telón, las luces de ambas estancias se apagan.

JIM: Eh, ¿qué le pasa a usted, señora Bombilla?

(Amanda profiere una risa nerviosa.)

(En la pantalla puede leerse: «Suspensión de un servicio público».)

AMANDA: ¿Cómo se quedó Moisés cuando se fue la luz? ¿Conoce usted la respuesta, señor O’Connor?

JIM: No, señora, ¿cuál es?

AMANDA: ¡A oscuras!

(Jim se echa a reír sinceramente.)

Que nadie se levante, voy a encender las velas. ¿No es una suerte que estén ya en la mesa? ¿Dónde están las cerillas? ¿Alguno de ustedes, caballeros, puede darme una cerilla?

JIM: Tome.

AMANDA: Gracias, señor.

JIM: ¡De nada, señora!

AMANDA (encendiendo las velas): Habrán saltado los fusibles. Señor O’Connor, ¿podría usted revisar los fusibles? Yo no entiendo de esas cosas y Tom es un desastre en cuestiones de mecánica.

(Se levantan de la mesa y van a la cocina, desde donde llegan sus voces.)

Oh, cuidado, no vaya a tropezarse con algo. No queremos que nuestro caballero se parta el cuello. ¡Menuda bienvenida sería ésa!

JIM: ¡Ajá! ¿Dónde está la caja de los fusibles?

AMANDA: Aquí, al lado de la cocina. ¿Ve algo?

JIM: Un minuto.

AMANDA: ¿No le parece un misterio la electricidad? ¿No fue Benjamin Franklin quien ató un interruptor a una cometa? El universo está lleno de misterios, ¿verdad? Algunos dicen que la ciencia va a aclarar todos los misterios. En mi opinión, sólo sirve para crear más. ¿Ve algo?

JIM: No, señora. Yo creo que todos estos fusibles están bien.

AMANDA: ¡Tom!

TOM: Sí, madre.

AMANDA: La factura de la luz que te di hace unos días. Esa que te dije que nos habían mandado unos avisos.

(En la pantalla puede leerse: «¡Ajá!».)

TOM: Ah, sí.

AMANDA: No te habrás olvidado de pagarla…

TOM: Pues…

AMANDA: ¿No la has pagado? ¡Cómo no me lo había imaginado!

JIM: Seguro que Shakespeare aprovechó la factura para escribir un poema, señora Wingfield.

AMANDA: ¡No sé por qué he tenido que fiarme de él! ¡En este mundo, las negligencias se pagan muy caro!

JIM: Puede que con ese poema gane un premio de diez dólares.

AMANDA: Tendremos que pasar el resto de la noche en el siglo XIX, ¡antes de que el señor Edison inventara la bombilla de Mazda!

JIM: Ninguna luz me gusta más que la luz de las velas.

AMANDA: ¡Eso demuestra que es usted un romántico! Lo cual no es disculpa para Tom. En fin, el caso es que hemos podido cenar. Qué considerados, nos han dejado terminar antes de sumirnos en la oscuridad eterna, ¿no es verdad,



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